Según informa la Agencia de Noticias Hawzah, el libro Ciento una disputas interesantes y amenas, de Muhammad Muhammadi Eshtehardi, recopila diversos debates en torno a cuestiones de fe y creencias, que serán publicados en diferentes entregas por este medio.
El contundente debate de ‘Alí ibn Maytham con un negador de Dios
Un día, ‘Alí ibn Isma‘il entró en la asamblea de Hasan ibn Sahl, visir de al-Ma’mún. Allí observó a un hombre de inclinación naturalista (ateo), sentado en el lugar más distinguido de la sala, mientras el ministro le mostraba gran deferencia. Notables, aristócratas y eruditos ocupaban asientos de menor rango, y aquel individuo, con suma osadía, exponía su postura como si fuese la verdad indiscutible.
‘Alí ibn Maytham se sintió turbado y comenzó su debate de la siguiente manera. Se dirigió a Hasan ibn Sahl y le dijo:
—Oh visir, hoy, fuera de tu casa, vi algo realmente asombroso.
El visir preguntó:
—¿Y qué fue lo que viste?
‘Alí ibn Maytham respondió:
—Vi un barco que, sin timonel ni amarras, navegaba de un lado a otro.
En ese momento, el ateo presente se volvió hacia el visir y dijo:
—¿Acaso este hombre (‘Alí ibn Maytham) ha perdido la razón? Lo digo porque habla de cosas absurdas e incoherentes.
‘Alí ibn Maytham replicó:
—No, hablo con plena sensatez. ¿Por qué habría de estar loco?
El ateo insistió:
—Un barco hecho de madera, materia inerte y sin alma ni inteligencia, ¿cómo podría desplazarse de un sitio a otro sin piloto ni guía?
‘Alí ibn Maytham contestó con firmeza:
—Dime entonces, ¿es más sorprendente mi afirmación o la tuya, que sostienes que este vasto océano, sin creador ni ordenador dotado de inteligencia y alma, se agita sin rumbo?
Estas diversas plantas que brotan de la tierra, y esta lluvia que desciende del cielo, ¿según tu pensamiento carecen de creador y de administrador? ¡Y aun así te sorprendes de que un simple barco no pueda moverse sin timonel!
En ese instante, el ateo quedó sin respuesta, desconcertado, y comprendió que el ejemplo del barco había sido expuesto precisamente para refutarlo y dejar sin sustento su argumento.
Fuente: Al-Fusul al-Mukhtar, Sayyid Murtadá, vol. 1, p. 31.
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